Punto de partida
Incubatec, el “Ycombinator” de Temuco
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Hace 20 años, antes de que las portadas de los medios anunciaran grandes levantamientos de capital y Chile llegara a tener sus primeras startups convertidas en unicornio (valorización de US$ 1.000 millones), la Universidad de la Frontera, en Temuco, creó Incubatec con la misión de levantar las investigaciones que tenía la universidad y llevarlas al mercado, pero el volumen no fue el esperado.
Así fue como el 2008, después de darle varias vueltas, decidieron tomar un rumbo distinto y se abrieron a la comunidad, cuenta el gerente general de la aceleradora, el temuquense Cristián Campomanes.
“Ahí surgió el gran cambio, porque nos transformamos en una pyme, teníamos que salir a levantar recursos, a movernos, y tomamos la decisión de no ser solamente Araucanía, sino también trabajar a nivel nacional”, afirma.
En ese tiempo, reformularon el trabajo, armaron un comité de expertos de distintos ámbitos empresariales y profesionalizaron los procesos, que dejaron de ser solamente académicos. Además, recibieron un capital inicial de $1.000 millones de parte de Corfo para apoyar emprendimientos con fondos y asesorías de 8 a 14 meses.
Cristián Campomanes, gerente general de la aceleradora.
Desde ahí, la historia ha sido otra. La incubadora con sede en la segunda región más pobre de Chile ha demostrado que las regiones tienen mucho que entregar. Hoy tienen sede en cinco regiones: Aysén, Los Lagos, Los Ríos, Araucanía y O’higgins, además del campus de la universidad en Santiago.
Su cartera lleva dos años de ventas de $ 11 mil millones, a pesar de la pandemia, y está dividida en 50% proyectos regionales y 50% de la Región Metropolitana; el promedio de edad de los emprendedores que participan es de 38 años, un 70% hombres y 30% mujeres, su tasa de aceptación es de 36% y desde el 2019 han tenido 100 proyectos anuales.
El fondo inicial de CORFO se les acabó, pero los últimos tres años han levantado entre $ 2.500 y $ 3.000 millones al año en inversión privada, a excepción de este año, que Cotalker levantó “unos US$ 4 millones, y eso disparó un poco los números”, afirma Campomanes.
Casos de éxito
Entre los proyectos más emblemáticos, se encuentra Buda.com, empresa que desarrolla y opera mercados de criptomonedas en Chile, Colombia, Perú y Argentina.
Su CEO, Guillermo Torrealba, recuerda que el 2016, cuando se llamaban Surbtc, llegaron con el fondo ya adjudicado, pero acudieron a Incubatec porque era un patrocinador que cobraba mucho menos que otros por las asesorías y fueron de mucha ayuda para ordenar documentos. Desde esa fecha, la empresa ha crecido al menos unas 150 veces, afirma Torrealba.
Nacida en Temuco, y con sus tres fundadores mapuches, Lirmi, una plataforma que apoya procesos pedagógicos y administrativos en liceos y escuelas, también fue incubada. Su CFO, Marcelo Catrileo, cuenta que apenas salieron de la Universidad de la Frontera, el 2012, entraron a la aceleradora, en la que era su primera experiencia como emprendedores.
Hoy tienen presencia en Brasil, Perú, México y Chile, más de 80 empleados 100% online y 1.200 escuelas. Tras casi 10 años, siguen vinculados a la institución de la universidad que los formó y son ellos los que les han gestionado reuniones con inversionistas tanto nacionales como extranjeros.
Toteat, una firma de soluciones tecnológicas para el sector gastronómico fundada por Arístides Benavente, también pasó por las oficinas de Temuco, y aunque Campomanes recuerda que en este caso ellos se acercaron a la empresa, su CTO y cofundador, René Marty, destaca que la ayuda de la aceleradora fue muy útil para ordenar conceptos y cumplir hitos. Desde el 2015, han crecido cerca de 20 veces, “pasamos de 100 clientes a 2.000 y de siete a 60 empleados”, afirma el CTO.
Desde Miami, Nicolás Durán, CEO de Cotalker, plataforma que digitaliza y automatiza flujos de trabajo de activos y personas en terreno y que a finales de octubre levantó US $3,2 millones, relata que Incubatec fue su primer inversionista, y el 2017 fueron ellos a presentar su proyecto a Temuco.
Tras pasar por este proceso, se han adjudicado tres fondos de CORFO, pasaron de uno a 40 clientes y ya cuentan con 40 colaboradores. Próximamente se van a Munich, Alemania, a una competencia con miles de startups del mundo.
¿Cómo funciona Incubatec?
“En primer lugar, es necesario recalcar que para nosotros es importante poder ser un referente a nivel nacional del apoyo a emprendimientos y la innovación, y demostrar que desde el sur del mundo podemos llegar a impactar a distintos lugares de Latinoamérica”, afirma el gerente general de la incubadora.
Campomanes explica que trabajan con una ventanilla abierta, es decir, a diferencia de las aceleradoras internacionales, reciben proyectos todo el año y tienen un programa más largo que estas, principalmente porque “Chile no tiene un mercado de venta de startups, entonces todo lo que es levantamiento de capital es un poco más lento”.
Una vez aceptada la empresa, se trabaja un mes en ajustar el plan de negocio, resolver los problemas administrativos y generar un plan de trabajo en conjunto con los emprendedores. Ahí se les asigna un ejecutivo financiero y otro técnico, exclusivamente para ellos. A continuación pasan por una academia, que son unas 15 asesorías grupales con asesores internos y externos y después otra academia de escalamiento, más personalizada y que sirve para aprender a levantar capital y expandirse a otros países.
“Chile no tiene un mercado de venta de startups, entonces todo lo que es levantamiento de capital es un poco más lento”, explica Campomanes.
Hoy, gracias al cambio cultural que se ha generado en el ecosistema emprendedor, Campomanes afirma que no llegan más proyectos, sino que de mucha mejor calidad, “Hace cinco años recibíamos mil emprendimientos y hoy recibimos 300, pero son de una calidad estratosféricamente mejor. La gente ya aprendió un poco a diferenciar qué es lo que hace la incubadora”.
Descentralización y proyecciones 2022
“Estamos convencidos de que acá en La Araucanía y en regiones hay gente súper capaz, gente que de verdad está buscando la oportunidad para saltar, y lo único que le falta es alguien que le dé ese empujón”, afirma el gerente general, quien además cree que La Araucanía se va a ver muy beneficiada con el éxodo de mucha gente que se fue a vivir a Pucón, “porque es gente que tiene muchas y mejores redes, y eso se nota en el emprendimiento”.
Campomanes lleva 10 años a cargo de la institución, nació en Temuco y apenas vio la oportunidad de volver a su lugar de origen, la tomó. Es ingeniero comercial de la Universidad Austral y tiene un máster en desarrollo local en España.
Emprende desde los 24 años y sus primeros trabajos fueron como ejecutivo de bancos. Hoy lidera un equipo de 28 personas y es presidente del ecosistema de emprendimiento de La Araucanía, que agrupa a 45 organizaciones.
Para el 2022 espera afianzar la presencia en regiones, proyectar tres años más en cada región, seguir potenciando la zona macro sur, ser un referente a nivel nacional y empezar a influir a la hora de decidir políticas públicas.
“Conocemos al emprendedor desde Arica a Punta Arenas”, afirma. Sobre la pandemia y cómo afectó a los emprendedores, Campomanes es enfático, “la pandemia y la crisis social generaron mucha incertidumbre, pero lo que quedó claro es que el emprendedor es súper resiliente, se reinventa a cada rato”